Si bien se trata de un concepto plenamente establecido, el liderazgo es una noción que cada quien adapta partiendo de la idea básica de simplemente hacer referencia a la acción de ser líder. Esto por supuesto si bien es cierto, corresponde a una explicación que se queda corta pues el término permite englobar una serie de habilidades y capacidades que constituyen a un individuo como cabeza o dirigente de un grupo de personas, una labor bastante determinante para el alcance efectivo de metas.

Así pues, es importante no quedarse con la idea de que líder es igual a jefe pues son roles que a pesar de tener algunas similitudes disponen de diferencias abismales, veamos entonces con mayor detalle la atribución de liderazgo.

El liderazgo no es sinónimo de autoridad

Palabras tales como motivación e inspiración son bastante apropiadas para empezar a dar forma a una definición de liderazgo mucho más acertada, lejos de hacer referencia a una actitud dominante, se trata más bien de ejecutar la capacidad de comunicarse adecuadamente con las personas y adicionalmente influir para que un grupo pueda ir en la misma dirección y por consiguiente se cumplan los objetivos.

Tal y como lo mencionábamos inicialmente un líder no es un jefe, es alguien visionario que apoyado en la empatía y en la inteligencia emocional establece los lazos necesarios dentro de un grupo para que este sea productivo; su gestión estará enfocada a dirigir e incluso a exigir, pero esto no será inconveniente para dejar que otros integrantes del equipo también tomen las riendas del actuar, la preocupación constante por mejorar será la herramienta de apoyo para asumir riesgos en busca de oportunidades. Para profundizar en el arte de liderar es adecuado dar un vistazo a www.liderazgo.co ya que se tendrán a disposición muchos más detalles para dimensionar adecuadamente la temática.

El líder verdadero

Siempre se ha manejado una gran controversia sobre si el líder nace o se hace, lo que si es más que claro es que quien asuma este papel no debe perder de vista que corresponde a una actitud exigente que requiere de gran compromiso y una formación ética pertinente para lograr poner en primera instancia el bien común antes que el personal.

Tal y como un padre de familia con sus hijos, el líder escucha, protege, aconseja, corrige, incentiva y siempre busca soluciones, para ello siempre debe empezar por lograr un ambiente seguro en el que todos se sientan a gusto.