Cuando los resultados de análisis de sangre evidencian cambios que ubican a los monocitos lejos de su rango normal, se hace importante indagar sobre los motivos de estas variaciones ya que suelen estar asociadas a momentos de vulnerabilidad para nuestra salud. Lo anterior, debido a que estamos hablando de organismos celulares que trabajan de manera directa con el sistema inmune, por lo tanto su adecuada concentración en el tejido sanguíneo es vital para la correspondiente eliminación de microorganismos de origen extraño que puedan estar haciendo presencia en nuestro cuerpo.

Así pues, conocer los valores normales de monocitos resulta ser un buen punto de partida para que con la correspondiente orientación del profesional médico se pueda establecer aquel tratamiento que resulte más pertinente de acuerdo a las necesidades que esté manejando el paciente.

Los niveles de monocitos en la sangre

Una vez que el hemograma revele los valores de monocitos, podremos saber si nos encontramos frente a un caso de monocitos bajos o altos, por consiguiente se hace importante tener en cuenta que este tipo de glóbulos que de hecho es algo más grande que sus similares siempre va a representar entre un 4 y 8% de la totalidad de células blancas.

En cuanto a los monocitos bajos estos indican la existencia de monocitopémia, un desorden que puede darse a causa de infecciones bacterianas, tratamientos de quimioterapia y enfermedades tales como la leucemia, tuberculosis, la malaria y el sarampión. Respecto a los monocitos altos, a esta situación se le reconoce como monocitosis y tiene que ver más que nada con el padecimiento de infecciones por virus o parásitos, aunque en ocasiones se puede deber a la existencia de algunos tipos de tumores.

Algunas consideraciones sobre monocitos altos y bajos

En los recuentos de monocitos, cuando las cifras son ligeramente bajas normalmente no existen mayores razones para preocuparse a no ser que se esté manejando ya algún tipo de cuadro clínico. Muchas veces el consumo de cierto tipo de medicamentos puede ocasionar estas fluctuaciones así que se recomienda prudencia y consejo médico antes de apresurarse a sacar conclusiones de algún tipo.

Puesto que los monocitos altos o bajos por sí solos no producen mayores síntomas y se les considera más bien como indicadores para saber que algo está pasando, es fundamental ser responsable con el manejo de la información de la analítica de sangre y tomarse las cosas con calma ya que cada caso es diferente.