Adolf Hitler fue líder, ideólogo y miembro activo del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, dicho partido no fue creado por él, pero desarrollo y asumió su misma ideología una vez que él llegó al poder en 1933.

Cuando Adolf Hitler asumió el poder se autoproclamo füher, es decir, líder absoluto, de esta manera se dispuso a ilegalizar a todos los partidos e inició la implantación de un gobierno totalitarista, conocido como el Tercer Reich.

Hitler constantemente se dirigía a los ciudadanos hablándoles con seguridad de la superioridad que tenía la raza aria, les decía que los alemanes contaban con la mejor raza existente y que debían hacer lo posible por expandirse, uno de los mayores deseos de Hitler era tener una Alemania fuerte, cohesionada y que pudiera expandirse por todo el continente europeo, porque él consideraba que con el territorio alemán no bastaba.

Para Hitler los gitanos, judíos, homosexuales, negros, enemigos políticos y discapacitados eran considerados enemigos de Alemania y por lo tanto, no se tomaban en cuenta como ciudadanos, por esa razón, tenía pretensiones de limpiar el país y dejarlo libre de quienes no fueran de sangre puramente alemana.

En la legislación implementada por Hitler solo podía ser ciudadano alemán, quienes tuvieran sangre alemana, por ello, los judíos no tenían derechos, para el füher eran unos parásitos y no los consideraba humanos. En el caso de los discapacitados y homosexuales eran deportados por ser una amenaza para la expansión ya que no podían tener descendencia y solo constituían una carga para los demás.